Hay momentos en los cuales una tiene que ir afrontando lo que le toca sin derecho a protestar. En esos momentos no sabes a quien pedir ayuda ni de que forma comportarte, lo único de lo que estas segura es de que tus fuerzas no son suficientes para seguir adelante. Entonces, cuando mas débil te sientes te aferras a lo primero que te hace sonreír para poder disimular delante de los demás. Al final siempre te acabas rindiendo sabes que es imposible, tu cara esta demacrada y los ojos hinchados de llorar. En fin, lo único que queda es contárselo a alguien, puede que así te sientas mejor, por eso buscas la persona adecuada, no puedes contarle lo que te ocurre a un extraño, ya te resulta muy complicado que alguien atraviese esa barrera. Cuando encuentras a esa persona te das cuenta que ella también tienes sus problemas y que no tiene porque cargar con los tuyos, así que tragas saliva y te vuelves a esconder en tu soledad. Respiras profundamente intentando contener las lágrimas que por rutina ya resbalan por tu rostro. Sales a la calle buscando un poco de alegría en otras personas, pero sabes que para ello tienes que esconder tu tristeza, tienes decidido que eres fuerte y que podrás aguantar, el único contratiempo que no as valorado es que la tristeza no se puede esconder solo sustituir, y tu la sustituyes estando borde con todo aquel que intenta hablar contigo. Cuando regresas a casa te entra pánico al recordar lo mal que te as comportado con todas esas personas que solo intentaban acercarse a ti, y vuelves a encerrarte en esa oscuridad que te aterroriza. Intentas distraer tu mente para olvidar que ya no eres tú, que as cambiado. Hace apenas unos meses eras esa niña alegre que siempre sonreía y se divertía con la más minima gracia, la que regalaba simpatía a todo aquel al que conocía. Y ahora ni si quiera eres capaz de describirte por que sabes que seria demasiado cruel.Y debes hacerlo, te enfrentas a ti misma cada noche intentando recordar como eras antes y queriendo volver hacia atrás, pero cada recuerdo es un golpe más, y al final acabas agotada de llorar. Quieres levantarte y cada vez que lo intentas ocurre algo que te obliga a caerte de nuevo. Ya no tienes fuerzas, se han agotado. Estas sola, porque tu misma lo as decidido. Sabes que no lograras volver a ser tu misma y te hundes en tu propio llanto.
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